viernes, 4 de octubre de 2019

Budapest 2017

[... continuación de la entrada anterior Bélgica 2017]

Día 9: Mie 24may17

El primer día en Budapest empezó temprano porque lo primero que hicimos fue ir hacia la estación de trenes Keleti Pályaudvar para comprar los boletos hacia Viena (€19 por persona), ya que saldríamos en unos días y no queríamos correr riesgos al comprarlos el mismo día. Esta estación de trenes atiende principalmente rutas internacionales y las indicaciones están en húngaro e inglés. Después de esta primera tarea, fuimos en metro hasta la zona oeste de la ciudad (Buda) donde se encuentra el castillo y la ciudadela, aprovechando la parada del metro que estaba justo debajo de la estación de trenes.


En pocos minutos habíamos cruzado el río Danubio hasta las escalinatas que nos llevaron a cruzar la Puerta de Viena, donde nos recibió la escultura del Ángel y justo al lado el edificio del Archivo Nacional de Hungría que alberga reliquias de la historia y el arte.


A muy pocas cuadras caminando se puede llegar a la hermosa Iglesia de Matías, de estilo gótico, con un hermoso tejado con mosaicos y cuya torre se puede ver desde lejos. Esta iglesia fue construida en el siglo XIV y fue nombrada en honor al rey Matías aunque fue santificada en honor a la Virgen María, patrona de Hungría. Al ingreso se paga una tarifa de aproximadamente €7.5 por persona para ingresar tanto a los ambientes superiores y galerías de la iglesia como al Bastión de Pescadores, ubicado a pocos metros de la iglesia.



El Bastión de los Pescadores es una terraza de estilo neo-gótico con 7 torres que representan las 7 tribus magiares que se establecieron en la cuenca carpatiana en el año 896. Entre este complejo y la Iglesia de Matías se encuentra la escultura de bronce del rey Esteban I de Hungría sobre su caballo. Desde esta terraza se tiene una magnífica vista del río Danubio y el otro flanco de la ciudad, Pest.


Siendo casi la hora de almuerzo, no tuvimos que caminar mucho para encontrar un restaurante cerca a la Iglesia de Matías, llamado Podium Bistro donde probamos el plato típico de Hungría: Gulyás o Goulash, que es más una sopa a base de res, tomate y cebollas. Además de eso, ordenamos un sandwich, un par de bebidas.

El Castillo de Buda o Palacio Real es un imponente edificio de estilo barroco que se sitúa sobre la Colina del Castillo y es la residencia histórica de los monarcas húngaros y en sus alrededores destacan las hermosas esculturas en bronce como la Fuente de Matías. Recorriendo el perímetro del edifico principal, encontramos la entrada al funicular que conduce hacia la parte baja de la colina donde está el Puente de las Cadenas o Széchenyi Lánchid, torreones medievales y muros empedrados que protegían la fortaleza de los enemigos de entonces. Nos sentamos a descansar en una de las terrazas del castillo, justo frente al Puente de las Cadenas y el edificio del Parlamento Húngaro, desde donde sacamos muy buenas fotos.



Bajamos hacia el pie de la colina para apreciar de cerca el Puente de las Cadenas, el cual une Buda (en la Plaza Adam Clark, al pie del funicular) con Pest en la Plaza Széchenyi, la cual antes se llamaba Roosevelt. Era temporada de primavera y al caer la tarde el viento corría un poco frío, felizmente habíamos llevado nuestras casacas en la mochila.


Desde la Plaza Clark caminamos a lo largo del malecón hacia una explanada justo frente al Parlamento, mientras iba cayendo la tarde y el cielo cambiaba del celeste claro con muy pocas nubes al azul oscuro que servía de fondo a la iluminación amarilla del extraordinario edificio, adornado además por las embarcaciones que iban y venían por el Danubio. Al mismo tiempo que caía la noche, el Puente de las Cadenas se iluminaba con luces blancas sobre su base y tirantes de acero. Estas dos joyas de la ciudad invitan a sentarse en el malecón para contemplarlas sin apuro, lo merecen.




Día 10: Jue 25may17

Este día estaría dedicado enteramente a recorrer Pest, la zona este de la ciudad separada de Buda por el río Danubio. Temprano salimos caminando hacia el centro, a pocas cuadras de nuestro hotel. A lo largo de las calles se pueden ver muchos negocios, tiendas de ropa, restaurantes y cafés. Encontramos la Gran Sinagoga, en la calle Dohány, la cual ostenta el título de ser la sinagoga más grande de todo Europa.


 
Seguimos caminando por la calle Dohány hasta llegar al hotel Ritz Carlton, muy cerca a la zona comercial de Budapest, Deán Ferenc, donde hay muchas tiendas de ropa de reconocidas marcas, restaurantes y una pequeña plaza donde se puede parar a tomar una bebida y descansar un poco.


Caminamos un par de cuadras hacia el oeste y llegamos al muelle de la calle Vigadó a orillas del río Danubio y luego fuimos hacia el norte disfrutando del día y la vista frontal del Castillo de Buda, ubicado al otro lado del Danubio. El paseo por esta zona es muy agradable, se siente el sonido del tranvía cuya ruta va a lo largo del río, el paso de la gente local y los turistas, la concurrencia a los cafés y restaurantes hasta llegar al Puente de las Cadenas, exactamente en el extremo opuesto de donde habíamos estado la noche anterior.



Siguiendo al ruta hacia el norte, siempre al lado del río, llegamos al Parlamento Húngaro, esta vez en el lado de Pest, desde donde se puede contemplar la fachada lateral del edificio gótico adornada por la estatua del prócer de la independencia húngara Ferenc Rákoczi sobre su caballo. Un par de cuadras de caminata y llegamos a la Plaza de la Libertad, donde se puede ver el monumento a la Memoria de la Guerra Soviética, un obelisco adornado con una estrella dorada y el emblema de la ex Unión Soviética. Al sur de la plaza, estaba el memorial a las víctimas del Holocausto, junto a una fuente de agua donde muchos niños y adultos jugaban.



Casi era hora de almorzar y buscamos un restaurante que habíamos elegido previamente: Pesti Disznó, excelente lugar especializado en platos a base de cerdo con una extensa carta de vinos y una estrella Michelín. Ordenamos el “pörkölt” y “pork chop” acompañados por un par de copas de vino, todo por €54. Después del muy buen almuerzo, estábamos listos para ir hacia el lado este de la ciudad, donde se encontraban los famosos baños termales de la ciudad.

Al final de la avenida Andrássy, está la Plaza de los Héroes donde se levanta un imponente obelisco con un ángel en la cima y unos caballeros montados sobre sus caballos en la base, todos estos construidos en bronce. Esta plaza nos daba la bienvenida a un extenso parque con muchas áreas verdes y una laguna central donde se alquilan botes a pedales por €9 media hora. Fue una experiencia bastante relajada viendo como familias enteras compartían momentos de alegría.




Los baños termales de Széchenyi deben estar en la agenda de cualquier visitante de Budapest, motivo por el cual se ve una gran cantidad de gente a pesar que ya habíamos pasado las 4 pm. El ticket de ingreso por dos personas, más derecho a cambiador y un guardarropa nos costó casi €32, y ya estábamos preparados con los trajes de baño en la mochila. Fue una experiencia muy agradable descansar sumergido en las calientes aguas de las fuentes, mientras se podía ordenar una cerveza fría u otro refresco.



A medida que la temperatura iba descendiendo en el exterior, era cada vez más difícil hacernos la idea que teníamos que salir para cambiarnos y regresar al hotel en el metro. Además de eso, ya estaba oscureciendo y teníamos que despertar temprano al día siguiente para partir hacia Viena. Siendo casi las 8 pm, pero aún con algo de luz de día, nos fuimos rumbo al hotel, en cuyo lobby ordenamos unos sandwiches y una cerveza antes de irnos a descansar.

Día 11: Vie 26may17

Empezamos el día bastante relajados, quizás por el efecto de las aguas termales de la tarde anterior, pensando que el tren hacia Viena saldría a las 3:40 pm y durante la mañana podíamos dar el último paseo en Budapest sin mucha prisa. Tomamos un café, un biscocho y salimos hacia la zona comercial del centro de Pest. Para agilizar el paseo, tomamos el metro hacia la estación Deak Ferenc que está muy cerca del Vörösmarty Mihály szobra, a dos cuadras de la rivera del río Danubio. La vista desde esta área es privilegiada, mucho más cuando el día era soleado y el cielo estaba despejado.

Este edificio había sido construido a inicios del siglo XX para residencias de lujo, tiendas y oficinas. Durante la Segunda Guerra Mundial, el edificio fue severamente dañado y posteriormente reparado hasta su adquisición con fines hoteleros, a finales del siglo pasado. Actualmente, opera bajo el nombre de Four Seasons Gresham Palace. Este hotel tiene un restaurante, café y bar muy recomendados. En nuestro caso, solo nos sentamos en el bar del hotel.


Ingresamos al bar para probar el destilado nacional: pálinka. Pedímos dos copas pequeñas (4 cl) del licor, una natural y otra con tonos de cereza. Ambos eran bastante aromáticos y sabor intenso. Pedimos además el trago estrella de la casa: "Viktoria's Secret" que fue creado en honor a la Reina Victoria de Inglaterra y viene en una pequeña taza de porcelana pintada a mano y un macaron sobre el plato que sostenía la taza. El otro trago que pedimos fue "The Last Wish", el cual bebimos deseando algún día regresar a esta hermosa ciudad. Seguro que el local también nos esperaba de vuelta porque la cuenta total por los 4 tragos fue de €43.

Siendo casi las 2:30 pm y con algo de prisa, fuimos hacia el hotel para sacar las cosas y correr hacia la estación de trenes Keleti Pályaudvar, a unos 10 minutos a pie del hotel. El ticket de tren lo habíamos comprado el primer día que llegamos a Budapest, pero no sabíamos en cuál desde cuál de las plataformas íbamos a salir. Llegamos con 15 minutos de anticipación pero no entendía nada de lo que decía en el tablero gigante a la salida de los trenes porque todo estaba en húngaro. Traté de buscar "Wien" pero no encontraba nada. Pregunté a un par de personas pero no me ayudaban, hasta que alguien por fin me indicó cuál era el tren y el vagón correcto.

Casi sobre la hora, y con un poco de susto, ya estábamos sentados en el tren correcto, con destino hacia Viena. El viaje tomaría 2 horas y 40 minutos, en un tren bastante cómodo y pasando por paisajes muy lindos, áreas de cultivo, parques eólicos, casi sin zonas urbanas a excepción de las pocas paradas que el tren hacía a lo largo de su recorrido hasta Viena. Unos policías austriacos subieron en la estación Hegyeshalom, muy cerca a la triple frontera entre Hungría, Austria y Eslovaquia, todavía en territorio húngaro, y pidieron los pasaportes de todos los pasajeros... casi todos en el tren eran europeos y los policías solo miraban la primera hoja y los devolvían. En mi caso, revisaron varias hojas de mi pasaporte y finalmente lo devolvieron con un "danke".

[Continúa en la siguiente entrada Viena y Bratislava 2017...]

Dónde dormir?



Para estar ubicado en el mismo centro de la ciudad, a pocos pasos de una estación de metro, muy poca distancia de la estación de trenes y por la comodidad de las habitaciones el Courtyard by Marriott, ubicado en József krt. 5, es una magnífica alternativa. El precio de la habitación por noche fue de aproximadamente US$ 130.

Dónde comer?

Podium Bistro”, muy cerca de la Iglesia de Matías, como todo restaurante cerca a una atracción turística, cumple su función a un precio quizás un poco elevado para la calidad de la comida. Un plato de Goulash, un sandwich y dos bebidas por €27.

"Pesti Disznó", ubicado en Nagymezo u.19 Pest. Absolutamente recomendable, la comida es sabrosa y la carta de vinos es extensa y de muy buena calidad. La cuenta total fue hasta más barata de lo que pensé iba a salir, €54 por dos platos de fondo y dos copas de vino local.

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